Llegó ese día que muchos seguidores no querían. El 8 de mayo de 2023 se confirmó que la Unione Calcio Sampdoria (más conocida simplemente como Sampdoria) descenderá, matemáticamente, a la Serie B de Italia.
Después de visitar al Udinese y perder por 2-0, el equipo genovés ratificó su pésima temporada 2022/2023. Hasta el momento marcha última en la tabla con tan solo 17 puntos (3 victorias, 8 empates, 23 derrotas), de hecho, desde que inició el año, solo han ganado dos partidos (frente al Sassuolo y Hellas Verona).
Pero la situación deportiva de la Sampdoria es derivada del pésimo manejo por parte de la dirigencia. Su propietario, Massimo Ferrero, es el más criticado por los seguidores de la ‘Samp’. Han argumentado que, debido a su desmesurada dirigencia, el equipo no ha podido estar en puesto más altos en la Serie A. El rechazo ha sido tal, que en febrero de este año llegó una caja a la sede del club con una cabeza de cerdo cuyos destinatarios eran Ferrero y su abogado Antonio Romei.
Otra ocasión en que los ‘Blucerchiati’ expresaron su malestar con la dirigencia fue en el partido frente al Torino del pasado 3 de mayo, cuando previo al inicio del partido, los ‘Ultras’ mostraron una pancarta que enunciaba: “Manos fuera de la Sampdoria”, pero lo que más llamó la atención fue que los propios jugadores fueron a aplaudir frente la grada donde se encontraba aquel anunció.
Pero la declaración que más sobresalió fue cuando los mismos ‘Ultras’ lanzaron billetes falsos a Lolito (presidente de la Lazio) cuando este llegaba a la Asamblea de la Lega Serie A y contemporáneamente vociferaban: “Estamos fallando por tu culpa y la de tu amigo Ferrero”.
Es muy crítica la situación de la Sampdoria porque al inconveniente del descenso hay que sumarle la preocupante situación económica. Según la revista web italiana, Calcio e Finanza (especializada en aspectos económicos y financieros de futbol italiano) la Sampdoria necesitaría cerca de €100M para no desaparecer. Estos costes abarcarían desde refundar el club (o reenombra, invertir el dinero suficiente para armar plantillas cada año para subir de división a división (que no es tarea fácil), mantenimiento del campo de entrenamiento, finalización del nuevo polideportivo, entre otros.
En definitiva, la situación del equipo de Génova está bastante complicada porque si no llega un comprador, el equipo estaría en camino de la quiebra. Y en tal caso de que alguien estuviera dispuesto a invertir en el club, no es sencillo volver a la Serie A.