Nacida en Rionegro, Antioquia. Esta canoísta fue la primera colombiana en llegar a una final Campeonato Mundial Juvenil, también es la primera y única medallista panamericana nacional y junto con Alejandro Rodríguez fueron los primeros colombianos en llegar a una final del mundo de canotaje en la rama mixta, actualmente se encuentra clasificada a los próximos juegos olímpicos París 2024.   

Desde niña, Manuela mostró una inclinación natural hacia el deporte. Se destacó en el fútbol durante su etapa escolar, ganó varios campeonatos y fue reconocida como la mejor jugadora y delantera. Sin embargo, el destino le tenía reservado un camino diferente. La profesora Lorena Saavedra la invitó a probar el canotaje. A pesar de su miedo al agua, Manuela encontró en el remo una nueva pasión.

De niña también le encantaba navegar con su padre para ir a pescar o de camino a fincas aledañas que cultivaban sus padres. A temprana edad, Manuela aprendió de su padre el valor del trabajo arduo del campo, lección que ha aplicado en cada aspecto de su vida, el sudor de la frente no es una metáfora y las cosas en la vida se ganan con sacrificios.

A los ocho años, una tragedia casi la aleja del agua para siempre. Mientras trabajaban en una finca, le pidió a su padre permiso para salir de pesca en la represa de Guatapé, un accidente al subir a la canoa la arrastró al agua y casi se ahoga, su padre la rescató ya inconsciente.

Un milagro de Dios, indicó don Darío, puesto que la máquina con la que cortaba el pasto se dañó justo en el momento del accidente y logró escuchar los gritos de unos vecinos y el chapoteo de su hija.

En 2014, Manuela comenzó a remar bajo la guía de su entrenador Arlin Peña. Sus primeros botes fueron en fibra de vidrio, terminaba los entrenamientos con picazón y aunque al principio no ganó ninguna competencia, su determinación y sacrificio pronto la distinguió.

Su entrenador le vio talento, la animó a seguir, a Manuela le gustó la tranquilidad que se vive dentro del agua, el paisaje, aprendió a dominar el bote rápido para no caerse, pero tuvo que dejar el hogar a los 15 años para vivir con su abuelo paterno y así estar más cerca de sus entrenamientos.

En 2015, en los Juegos Nacionales de Prado, Tolima, ganó su primera medalla de plata en el alto rendimiento y se puso de inmediato en el radar del canotaje colombiano.

La carrera de Manuela se consolidó en 2016, ganó sus primeras medallas internacionales en las pruebas de 200 y 500 metros, en los Juegos Bolivarianos de Playa Iquique Chile, una sensación única sintió la joven deportista. Supo que tendría que enfocar su fuerza y tiempo de manera completa al deporte de alto rendimiento.

En 2018, fue a su primera participación en el Campeonato Mundial Juvenil en Bulgaria, donde quedó quinta, un hito significativo, pues se convirtió en la primera colombiana en llegar a esta instancia.

Manuela conquistó sus primeras medallas de oro en los Juegos Nacionales de Cartagena 2019, ganó tres de oro y una de plata. Sin embargo, la pandemia en el 2020 presentó nuevos desafíos, pero Manuela continuó su preparación, esta vez desde el Lago Calima y con la liga del Valle del Cauca.

En el año 2021 ganó la primera medalla para la delegación colombiana en los primeros Juegos Panamericanos Junior de Cali 2021, una medalla de bronce obtenida junto con su compañera Madison Velásquez en la prueba 500 metros.

Manuela inició su participación en los ciclos olímpicos con los Juegos Bolivarianos de Valledupar 2022, ganando la medalla de oro, en los 500 metros con su compañera Yurley Marín, también ganó la medalla de bronce en los 200, un inició competitivo que la obligó a realizar de cuatro a tres rutinas de entrenamiento diarias, pues los Juegos Suramericanos eran un reto para ella, los pronósticos la ponían fuera del medallero y eso la motivo.

Los Juegos Suramericanos de Asunción 2022 fueron especiales para la canoísta, no solo por ganar dos medallas de plata en los 200 y 500 metros con su compañera Yurley Marín, en estos Juegos formalizó una relación con el deportista Alejandro Rodríguez, doble medallista de oro en esas justas y un compañero de equipo que se convertiría en su apoyo incondicional.

El 2023 fue un año de contrastes, el fallecimiento de su abuelo fue un golpe emocional profundo, también fue un año de nuevas experiencias, Manuela y Alejandro hicieron historia en el Campeonato Mundial de Duisburgo, fueron los primeros colombianos en clasificar a una final de 500 metros mixto en la historia de las justas mundiales.

Manuela y el canotaje colombiano volvían a hacer historia, pero esta vez en los Juegos Panamericanos Santiago 2023, Gómez junto con su compañera Madison Velásquez le dieron a Colombia la primera presea en la disciplina de canotaje en unos Juegos Panamericanos.

El año 2024 trajo consigo la clasificación a los Juegos Olímpicos de París. Manuela viajó con un equipo unido, que se apoyó incondicionalmente en el Campeonato Panamericano y Clasificatorio Olímpico de las Américas de Canotaje en Sarasota, Estados Unidos, además se adjudicó la medalla de plata en la prueba 200 metros.

En la actualidad  Manuela realiza sus entrenamientos en el Embalse del Peñol, ese mismo embalse que casi se la lleva cuando tenía ocho años, ahora no encuentra un lugar más tranquilo y en paz que en su bote y en el agua, en ocasiones se le vienen recuerdos cuando era niña, como cuando una vez escribió en  la portada de un cuaderno que llegaría a unos  Juegos Olímpicos,   hoy sus sueños se cumplen y sabe que será la primera colombiana en participar en esta disciplina y se proyecta a ser la primera colombiana en unas finales olímpicas de este deporte.

Finalmente, la antioqueña es una luchadora que inspira con su forma de ser, su sacrificio en busca de lograr sus sueños y le cuenta al mundo que lo importante no es lo que digan los demás, sino el amor y sacrificio que tienes por el deporte y por cumplir los diferentes propósitos y metas que tienes en la vida.