El Liverpool sorprendió en este mercado de fichajes con la incorporación relámpago de Federico Chiesa, proveniente de la Juventus, una movida que pocos anticipaban para la temporada 2024/25. Bajo la dirección del técnico neerlandés Arne Slot, quien había planeado mantener la base dejada por Jürgen Klopp, la decisión de fichar a la estrella italiana revela un enfoque renovado para enfrentar la Premier League.
Chiesa, un talentoso atacante con versatilidad para jugar en ambos costados del campo o incluso en el frente ofensivo, se une a los “Reds” para añadir competitividad a la plantilla. Su llegada representa un desafío directo para el colombiano Luis Díaz, quien ha sido titular indiscutible en la banda izquierda del Liverpool. Con la presencia de Chiesa, Díaz deberá redoblar esfuerzos para mantener su posición en el once inicial, ya que el italiano podría competir por el mismo lugar en el equipo.
Más allá de la competencia deportiva, el fichaje de Chiesa ha dejado en evidencia una marcada disparidad salarial en el club. Según el medio ‘Anfield Sector’, el nuevo jugador del Liverpool percibirá un salario anual de 5.9 millones de libras esterlinas, lo que se traduce en aproximadamente 81 mil libras por semana. En contraste, Luis Díaz, quien ya ha completado más de dos temporadas en Anfield y ha sido pieza clave en el equipo, apenas alcanza los 3 millones de libras al año, con un salario semanal cercano a las 55 mil libras.
Esta diferencia salarial no pasó desapercibida para la afición y la prensa, especialmente luego de que se rumorara durante el mercado de fichajes que Díaz podría buscar un incremento en su contrato. Aunque finalmente decidió permanecer en Liverpool, su situación económica comparada con la de Chiesa abre interrogantes sobre su futuro en el club y el reconocimiento a su aporte en el terreno de juego.
Con la temporada recién comenzada, la competencia entre Díaz y Chiesa por un puesto en el equipo titular será una de las historias a seguir en Anfield, mientras que la diferencia en sus remuneraciones podría generar tensiones adicionales en el vestuario.
