Nació en Puerto Rico, tierra donde el fútbol aún lucha por ganar protagonismo, pero su corazón late con ritmo tricolor. Geremy Rosero, joven futbolista de 15 años, es el vivo ejemplo de perseverancia silenciosa, talento forjado en la adversidad y un sueño claro: algún día vestir los colores de la Selección Colombia.
Hijo del fútbol y del huracán
Nacido el 4 de febrero de 2010 en la isla del encanto, Geremy lleva el fútbol en la sangre. Su madre es puertorriqueña, su padre colombiano, exjugador del América de Cali hasta la segunda división. Desde los tres años, su vida giró en torno al balón, entrenado en sus inicios por su padre en una escuela local y luego llevado a la reconocida escuela de Bayamón FC, patrocinada por el exfutbolista español David Villa.
Sin embargo, su vida daría un giro inesperado en septiembre de 2017. Con apenas 7 años, el huracán María, de categoría 5, arrasó con Puerto Rico. “Cuatro meses sin luz ni agua” fue el detonante para que su familia decidiera dejar la isla y empezar de nuevo en el sur de Texas, en el verano de 2018.
Es en ese momento que comienza lo que él llama “la verdadera etapa de preparación”. A pesar de tener ofertas de academias profesionales, su familia decidió que Geremy debía desarrollarse en clubes humildes y fuera del radar mediático, priorizando su crecimiento humano y futbolístico antes que el reconocimiento prematuro.
El ascenso silencioso
Ya en Texas, Geremy formó parte de las fuerzas básicas del Houston Dynamo, pasó por la Houston Futsal Association entre 2022 y 2024, y actualmente milita en el Albion Hurricanes ECNL, un club competitivo en la escena juvenil de Estados Unidos.
Su bajo perfil le cerró, por años, puertas en las selecciones menores de sus tres nacionalidades (Puerto Rico, Colombia y EE.UU.). Pero eso no detuvo su convicción. En 2025, su momento llegó.
Del anonimato a la selección nacional
Durante este año, los scouts de la selección Sub-15 de Puerto Rico lo observaron en torneos locales y lo invitaron a varios ID Camps en Florida. Luego de tres microciclos y un proceso de selección exigente, Geremy fue convocado entre los 18 jugadores que representarán a Puerto Rico en el Torneo Concacaf Sub-15, que se disputará en agosto en Costa Rica, Aruba y Curazao.
Aunque representará a Puerto Rico, su sueño es vestir la camiseta de Colombia. “Siempre he querido jugar para la selección de mi papá, Colombia. Es el objetivo que me impulsa cada día”, afirma con firmeza.
Un futuro que ya comienza
Con 1.70 de estatura, 130 libras de peso y una mentalidad clara, Geremy tiene un plan trazado: a corto plazo, hacer un gran torneo con Puerto Rico; a mediano plazo, conseguir una prueba en un equipo profesional colombiano; y a largo plazo, dar el salto a Europa y llegar a la selección mayor de Colombia.
Participó también en varios torneos internacionales como la Copa Rayados Internacional (2020–2023) en Houston, ganándose el respeto de quienes han seguido su proceso de cerca.
Su historia no es la de una estrella precoz mediática, sino la de un joven que ha optado por el camino largo pero seguro, fiel a sus principios, a su familia y a un sueño que hoy comienza a hacerse realidad.