Partido que tuvo de todo. Gol anulado, la suerte jugando en contra, polémica arbitral, duelos físicos. De todo.
Se esperaba un gran encuentro y vaya que así fue (pese a que no hubo anotaciones por parte de los equipos). Ambos cuerpos técnicos les exigieron bastante a sus jugadores previo al partido.
En el calentamiento, tanto los entrenadores como sus asistentes técnicos (incluso el preparador físico de Deportes Quindío) le reclamaban con mucho vigor a sus jugadores muchas ganas y esfuerzo para estar listos dentro del terreno de juego.
La característica principal del partido entre Tigres FC y Deportes Quindío fue el contacto físico intenso. Varios choques con tenacidad mostraron las ganas que tenían tanto los capitalinos a escalar en la tabla de posición como los de Armenia en mantener el liderato del torneo.
Eso sí, en un principio se generaron varios errores tanto defensivos como en el mediocampo por parte de ambas escuadras.
El primer hecho interesante fue un tiro libre ejecutado por Gonzalo Baglivo (Deportes Quindío), el cual pegó en el travesaño. Posteriormente en el rebote, Christian Mena mandó el balón para el parque Mundo Aventura, que se encuentra contiguo a la cancha.
Por su parte, Orles Aragón, delantero de Tigres, tuvo dos ocasiones claras en una sola jugada que sucedió dentro del área. En la primera acción, el portero Ramiro Sánchez logró interceptar el balón y en el remate, el propio jugador lo mandó al travesaño.
En otra ocasión, la ofensiva del conjunto capitalino tomó desprevenida a la defensa del Quindío, incluyendo al portero Aragón. Este último incluso salió de su área, pero Tigres no logró culminar la jugada.
Ya en el 2° tiempo, llegó una acción polémica. El conjunto de Armenia logra anotar un gol por medio de la intervención de Eduar Arizalas. No obstante, el árbitro determinó que el delantero cometió una falta contra un defensa en el momento de saltar.
Esta acción originó un enorme disgustó en el banquillo del equipo visitante que empezó a cuestionar algunas decisiones del árbitro.
Pero el Quindío tendría otra oportunidad para romper el 0-0. En una jugada colectiva, el balón le pegó a uno de los postes, pasó por la línea de meta y pegó en el otro poste, para luego volver a pasar por encima de la línea hasta que el portero Aldo Montes la atrapó.
En los últimos instantes del partido, el banquillo del conjunto visitante pidió que se les concediera un penal. Al notar que el juez central ignoró las protestas, la indignación del conjunto armenio aseveró en sus quejas.
Una vez se dio el pitazo final, los jugadores, cuerpo técnico e hinchas de ambos equipos proliferaron sus indignaciones contra el cuerpo arbitral.
Incluso Jhon Balanta, jugador de Deportes Quindío, se fue alegando por lo que, para él, era ineficiencia arbitral.
